lunes, 14 de abril de 2008

EL ARTE CONTEMPORÁNEO Y LA ANTROPOLOGÍA
POSAN SUS OJOS EN LAS CREENCIAS AFROBRASILEÑAS
Revista Ñ - 11.04.08
Por: Guido Carelli Lynch



El último martes en el Centro C. Rojas tuvo lugar la primera fase de Dueños de la encrucijada, un proyecto integral dedicado al análisis artístico y antropológico de los ritos religiosos afrobrasileños, que cada vez ganan más adeptos en las dos orillas del Río de la Plata. Incluye un libro, dos presentaciones y una muestra en Montevideo y Buenos Aires.
LA COLECCION ARTE BRUJO esta vez se inmiscuyó en una religión invisibilizada y estigmatizada que cada vez practican y profesan más uruguayos y argentinos.
"El proyecto sirve para desasnar un poco a la gente y romper la hipocresía, porque los que van a consultar a los templos son católicos. Vienen artistas camuflados, que van con pañuelos y dejan los autos lejos a cinco cuadras. Yo he recibido a presidentes y ministros, muy adeptos a las ciencias ocultas. No, este Presidente, no, López Rega, tampoco, pero él sí participó en un templo de Porto Alegre". El que habla y se define como "una entidad de bien público" es Jesús Alberto Tata, más conocido como el Pai Alberto Miguel de Oxalá, líder espiritual del templo Kimbanda de Caseros.
Su camisa turquesa brilla más que algunos de sus anillos dorados, pero no disimula el orgullo que le provoca que su altar a Pompa Gira ilustre la tapa de Dueños de la Encrucijada. Estéticas de Exú y Pompa Gira en el Río de la Plata.
Los responsables del proyecto, Juan Batalla y Dany Barreto son fotógrafos y artistas contemporáneos que, a través de la colección Arte Brujo, posaron sus ojos sobre un fenómeno invisibilizado, pero imposible de negar: el culto a dos deidades ancestrales que llegaron a América con los esclavos africanos y que desde mediados de la década del 60 fueron reintroducidas en el Río de la Plata vía Brasil.
El proyecto que buscaba retratar la vinculación entre arte contemporáneo y ritual creció cuando Batalla le presentó su idea a Máximo Jacoby, director de Artes Visuales del Centro C. Rojas. El funcionario y curador aceptó coproducir Dueños de la Encrucijada, junto al Museo Juan M. Blanes de Montevideo, si se le permitía sumar a otros profesionales al emprendimiento.
Así, entre otros, se sumó el equipo de investigación liderado por el etnógrafo y antropólogo Alejandro Frigerio, un especialista en la materia. "La Kimbanda me encanta, porque es una celebración de la vida maravillosa. El libro da cuenta de eso y de cómo la experiencia religiosa y artística están relacionadas. El arte religioso es para los sectores medios y medios bajos la forma de acceder al arte. Uno va a cualquier templo y se sorprende haciendo apreciaciones estéticas, juzgando si el altar está bien decorado, si es lindo...La apreciación estética es muy importante, porque todo está hecho para agradar a los dioses. En la Kimbanda lo bueno, lo bello y lo correcto están entrelazados", explicó Frigerio durante la presentación del libro.
Además, se sumaron el fotógrafo argentino radicado en Boston Guillermo Srodek Hart, la profesora en letras de la UBA Amalia Sato, el sociólogo brasileño Reginaldo Prandi y los sacerdotes africanistas uruguayos Milton Acosta y Susana Andrade.
"Dueños de la encrucijada es una forma de empezar a tomar las creencias afroamericanas como parte del patrimonio cultural de la humanidad. Es muy fácil tomar esa actitud con las hindúes, la tibetana, pero por alguna razón las africanas son siempre dejadas de lado", subraya Frigerio.

Exús. Santería Colonial, Montevideo. (Foto: Srodek Hart)

Exú y Pompa Gira
La Kimbanda, desprendimiento o "la izquierda" de la Umbanda, rinde particular culto a dos deidades ancestrales pero corruptas y antes peligrosas como Exú y su homóloga femenina Pompa Gira. Sin embargo, el sincretismo con la religión católica, el culto a los santos y –en menor medida- a los rituales de los indígenas brasileños terminó por convertir y "domesticar" a ambos espíritus.
"Exú es nuevo para el Río de la Plata. Tiene más contacto con el hombre en el plano terrenal. Es el elegbé, que en yoruba quiere decir el amigo, el compañero, el que siempre te acompaña", explica Guillermo Zabaleta, artista visual uruguayo y fiel activco de la Kimbanda, que participó del proyecto y viajó especialmente a Buenos Aires para realizar su performance "Elegbé" dentro de la primera fase de Dueños.
Pompa Gira, es su análoga femenina, un espíritu que en vida fue prostituta, o debió afrontar un derrotero muy lejano a la vida sancta de las mujeres cristianas. Exú y Pompa Gira entienden lo difícil que es la vida terrenal y están dispuestos a interceder por los fieles, siempre y cuando, claro haya un regalo para ellos.
El sonido del tambor es una llamada a los espíritus ancestrales mucho más festiva que las invocaciones de otras creencias. "Más que una ceremonia católica parece un espectáculo. Una vez un Pai nos dijo que tenía que dar un muy buen espectáculo para sus devotos. Era muy teatral, pero era consciente de que el vestuario, la luz y el teatro tenían que coordinarse", recuerda el fotógrafo Barreto.
Ángela López Ruiz es otra artista contemporánea uruguaya que participó de esta presentación verdaderamente multimedia con su videoperformance. Esta Mai de santo, que además es miembro activo de la prestigiosa Fundación de Arte Contemporáneo (FAC) de Uruguay, busca comunicar "la enseñanza" que experimenta en cada trance, razón por la que diferencia su estética y la finalidad de sus obras con las del arte sacro de los cristianos.
Tanto es el material reunido, los artistas y los profesionales que confluyeron en Dueños de la Encrucijada, que todavía resta una presentación en la Fundación Centro de Estudios Brasileiros (FUNCEB) y una muestra de fotografías en el Centro Cultural Recoleta, en octubre, y una similar, un mes después, en el Museo Juan M . Blanes, en Montevideo.
Para Jacoby, la idea de Barreto y Batalla es un testimonio de los caminos sinuosos, pero más comprometidos y sociales que empieza a desandar las artes visuales en la actualidad. "El arte contemporáneo en el siglo XX sólo reflexionó sobre su propia ontología, ensanchó sus límites, pero mirando siempre su ombligo. Este proyecto encontró la manera de reflexionar sobre cuestiones sociales, sobre movidas que están sucediendo ahora, acá, a 20 kilómetros y ayudan al medio del arte y al público específico y ajeno de estas religiones a comprenderlas mejor", termina. Pero Dueños de la encrucijada recién acaba de dar su primer paso.

Colección de exús de fierro brasileños y uruguayos; altura máxima 33 cm. y
mínima 15 cm.

nota bajada de www.revistaenie.clarin.com

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